viernes, 10 de noviembre de 2017

[Biblico] Semana del 23 al 29 de julio de 2017

Lunes 17 de julio de 2017
Alejo (s. V)

Éx 1,8-14.22: Vamos a vencer a Israel
Salmo 123: Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Mt 10,34–11,1: No vine a traer paz, sino espada



Con este pasaje llega a su fin el discurso misionero en el evangelio de Mateo. Las advertencias sobre las dificultades y peligros que trae aparejada la misión se agudizan. Jesús había exhortado a sus discípulos pidiéndoles que perseveraran sin miedo hasta el final. Ahora lleva sus palabras hasta las últimas consecuencias. Optar por Jesús y su evangelio, elegir la misión como estilo de vida confronta a quien lo sigue con sus vínculos y afectos más entrañables. Jesús exige nuevas prioridades. La primera parte del texto es, como decíamos ayer, una constatación de lo que en realidad ha sucedido con los discípulos. Jesús mismo había sido un “signo de contradicción” para sus contemporáneos. El mensaje del Reino y su práctica de liberación trae aparejado, inevitablemente, violencia y división. Quienes adhieran a él de corazón y asuman para sí la misión de Jesús han de prepararse para estas consecuencias. El discurso de Jesús no deja lugar a dudas: Todo esto es posible si él se transforma en el absoluto de nuestras vidas.



Martes 18 de julio de 2017
Sinforosa y sus siete hijos mártires (s. II)


Éx 2,1-15a: Lo llamo Moisés, porque lo sacó del agua
Salmo 68: Humildes, busquen al Señor, y vivirá su corazón
Mt 11,20-24: Jesús recrimina a tres ciudades



Luego del discurso misionero Mateo describe cómo le fue a Jesús con su actividad y las reacciones de su auditorio en los diversos ámbitos en que se mueve. Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm son, en tiempos de Jesús, pequeñas ciudades vecinas ubicadas a una y otra orilla del lago de Genezaret. El radio de su acción misionera es bien acotado, como se puede percibir al consultar cualquier mapa de Palestina en los tiempos de Jesús. Nos llama la atención el desfase entre lo pequeño del territorio y la grandeza de la misión; también es llamativa la comparación de las tres ciudades con Tiro y Sidón, acérrimas enemigas de Israel que ligaron varias maldiciones de los profetas por su hostilidad y con Sodoma, destruida por Dios a causa de su perversión. Las ciudades de Galilea son privilegiadas. En ellas Jesús ha realizado sus milagros. Sin embargo la misión de Jesús allí ha fracasado. Jesús reacciona con energía ante la soberbia de sus habitantes. Evangelizar en la ciudad continúa siendo un desafío misionero 



Miércoles 19 de julio de 2017
Arsenio, monje (450), Justa y Rufina, mártires (287)


Éx 3,1-6.9-12: El Señor se apareció a Moisés
Salmo 102: El Señor es compasivo y misericordioso
Mt 11,25-27: Has revelado estas cosas a la gente sencilla



Como comentario al evangelio compartimos párrafos de una oración titulada “Oración de mi sacerdocio”, escrita por Mons. Angelelli, pastor, profeta y mártir de los pobres, en La Rioja, Argentina. “Veinticinco años vividos por esos caminos de Dios, con mañanas de Pascua y tardes de dolor, con fidelidades de hijo y debilidades de pecador, con las manos metidas en la tierra del hombre… de este pueblo tuyo que me entregaste, Señor. Mi vida fue como el arroyo… anunciar el aleluya a los pobres y pulirse en el interior; canto rodado con el pueblo y silencios de “encuentros” contigo… solo… Señor. Mi vida fue como el sauzal… pegadita junto al Río para dar sombra nomás. Mi vida fue como el camino… pegadita al arenal para que la transite la gente pensando: “Hay que seguir andando nomás”. Mi vida fue como el cardón… sacudida por los vientos y agarrada a Ti, Señor; vigía en noches de estrellas para susurrarle a cada hombre: “Cuando la vida se esconde entre espinas, siempre florece una flor”.



Jueves 20 de julio de 2017
Apolinar, mártir (s. II)


Éx 3,13-20: “Yo soy” me envía a ustedes
Salmo 104: El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Mt 11,28-30: Soy manso y humilde de corazón



¿Puede la religión entorpecer el camino que nos conduce hacia Dios? ¿Pueden nuestras actitudes ser un obstáculo para que otros se encuentren con Jesús? ¿Cuál es la imagen de Dios que tenemos presente en nuestras vidas? ¿Un Dios-Juez que castiga nuestros pecados? ¿Un papá condescendiente? ¿Un Dios de amor y libertad? ¿Qué es lo que damos a conocer de Dios y de Jesús a los demás? Cuando las personas absolutizamos los sistemas religiosos, los desvirtuamos y ya no sirven para la finalidad que les dio origen. Se transforman en un instrumento de opresión que nos agobia o en una estructura que manipula y somete nuestra conciencia. La experiencia de Dios reclama el soporte de la religión para perdurar en el tiempo. Pero es necesario que cumpla con su rol de mediación, no de absoluto. El evangelio de Mateo compara las enseñanzas de Jesús con las de los demás maestros de su época. Este breve pasaje nos invita una vez más a liberarnos de las ataduras religiosas para encontrarnos con él.



Viernes 21 de julio de 2017
Lorenzo de Brindisi (1619)


Éx 11,10–12,14: Matarán un cordero al atardecer
Salmo 115: Alzaré el cáliz de salvación invocando el nombre del Señor
Mt 12,1-8: El Hijo del Hombre es señor del sábado



El texto del evangelio presenta a Jesús discutiendo con un grupo de fariseos a causa de la licitud de los comportamientos y las prácticas religiosas. Los fariseos contraponen el rigorismo de la Ley a la libre observancia de los discípulos de Jesús. La mentalidad religiosa está formateada para dirimir lo que está permitido de lo que está prohibido. Esta mentalidad lleva al cumplimiento pero no a la adhesión. Con parámetros rigurosos compromete la propia vida. Y desde esta perspectiva juzga las acciones de los demás. Jesús también recurre a la Escritura para legitimar el proceder de sus discípulos. No le interesa tanto llegar a una conclusión acerca de la licitud de sus actos cuanto develar el rostro de Dios que se manifiesta en ambos modos de proceder. ¿Un Dios del sacrificio y la observancia o un Dios de misericordia, atento a las necesidades de las personas? Los fariseos tienen mucho que aprender. También a nosotros nos falta mucho por aprender en este sentido cuando juzgamos las prácticas de los demás.



Sábado 22 de julio de 2017
María Magdalena (s. I)


Cant 3,1-4a: Encontré el amor de mi alma
Salmo 62: Mi alma está sedienta de ti, mi Dios
Jn 20,1.11-18: Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?



El evangelio de Juan resalta la figura de varias mujeres que se destacan como fundamento de la comunidad joánica: María, la madre de Jesús, la mujer samaritana, Marta y María de Betania, hermanas de Lázaro, y María Magdalena a quien la liturgia conmemora en este día. En la comunidad eclesial católica las mujeres también han sido y continúan siendo fundamentales. Sin embargo se les asigna un rol siempre secundario. Lo mismo parece haber ocurrido con María Magdalena en la tradición de la iglesia. La recordamos como la prostituta que nunca fue y olvidamos que fue bendecida como primera anunciadora de Jesús Resucitado. La mujer que permaneció de pie junto a la cruz en el momento de la manifestación gloriosa de Jesús. Aquella que no encontraba consuelo ante la ausencia del Señor amado pero lo seguía buscando. Testigo privilegiada de la resurrección que corre a anunciar a sus hermanos. María Magdalena es un ser precioso a los ojos de Jesús y de la comunidad cristiana. Celebremos su memoria como lo merece.





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