domingo, 7 de abril de 2019

15 de mar de 2013

Domingo V de Cuaresma, ciclo C: Is 43,16-21; Jn 8,1-11


por Lic. Abel Della Cost
Los primeros cristianos escudriñaron las Escrituras (que para aquel momento eran lo que nosotros llamamos Antiguo Testamento) y encontraron que toda ella era «profecía de Cristo». Esta nueva posición de las Escrituras las salvó de ser arrolladas por aquellos que entendían radicalmente la «novedad» de Cristo; realmente los primeros cristianos no sólo fueron en principio judíos que creyeron en Cristo, sino que siguieron siendo judíos, «el verdadero Israel», «el resto santo», etc. Sólo algunas décadas más tarde al acontecimiento de Pascua surgió la interpretación de la radical novedad que Jesús significaba en la comunicación de Dios con el hombre, pero para ese momento la consideración de las Escrituras como «preñadas de Cristo» ya formaba parte del mundo mental de los creyentes (no faltaron ni faltan intentos de expulsar el AT de nuestra fe, pero afortunadamente nunca lo han conseguido).
¿Pero de qué manera sentían los primeros cristianos que las Escrituras eran una profecía de Cristo? Quizás es bueno meditar un poco sobre esto. Nosotros tenemos una visión un poco racionalizada y limitada de la profecía, y por tanto nos parece que al buscar «profecías de Cristo» en el AT tenemos que ceñirnos a donde se mencionen hechos o lugares que hagan pensar de manera literal en la historia de Cristo. Vemos con suma claridad que el versículo de Miqueas 5,1 («y tú, Belén Efratá, aunque eres la menor...»), es una abierta y casi incontestable profecía de Cristo, pero ¿qué clase de profecía es, por ejemplo, el texto de Is 43 que leemos hoy?
La liturgia, y su peculiar modo de organizar las lecturas nos enseña a leer a Cristo en transparencia con el AT. En la primera lectura, que como domingo que es (y un domingo especialmente fuerte, el V de Cuaresma, el último de pura cuaresma) sabemos a priori que se complementa con el evangelio. Sin embargo, quien lee la primera de hoy, difícilmente encuentre esa relación de manera inmediata; los contactos no son evidentes, ¿qué las vincula?
Podríamos decir que este domingo se muestra especialmente viva la relación profética del Antiguo con el Nuevo Testamento, que no está hecha principalmente de cumplimiento de palabras literales, sino de iluminar las palabras de la Escritura con los hechos de Cristo, y las palabras de Cristo con la luz de la Escritura.
En este caso concreto, la relación entre la primera y el Evangelio viene dada por la cuestión de «lo nuevo», y por la imagen concreta de abrir en el desierto un camino. Isaías alude a la gesta del Mar Rojo, y toma el Éxodo como figura de la novedad que reserva Dios a su pueblo: Dios no se limita a salvar a su pueblo, lo hace creando algo inaudito, nuevo, nuevo e insólito: en el desierto un torrente de agua, por ejemplo.
Con esa imagen la liturgia nos pone en posición de leer el evangelio de hoy. Puede decirse mucho sobre el texto de «la mujer adúltera», puede enfocarse, por ejemplo, como una típica controversia de rabinos, estudiar el método controversial del rabino Jesús frente al de otros rabinos, pero nos perderíamos lo que este domingo V de Cuaresma tiene para decirnos: en ese relato tenemos que ver a Jesús que crea algo nuevo, inaudito, una calzada en la estepa.
Veamos el evangelio un poco en detalle: lo primero es hacer una imprescindible «salvedad crítica». Es de muchos sabido que este texto, aunque se conoce por manuscritos muy antiguos (ya Papías de Hierápolis, a inicios del siglo II, alude a él), no está representado en los manuscritos antiguos de Juan. En realidad, aunque pertenece a la tradición evangelica, y es, por supuesto, texto canónico y por tanto inspirado, no tiene un lugar fijo en los evangelios. Posiblemente quedó asociado a Juan gracias a que en el relato de este evangelio que le sigue dice Jesus (en 8,15) «Yo no juzgo a nadie». Pero lo mismo se encuentra en manuscritos de Lucas (después de 21,38, que quizás sea su lugar original) y de Marcos (tras 12,17). 
¿De qué nos sirve esta salvedad crítica? Para no vincular el sentido de este pasaje a su contexto joánico; en una palabra, para no asociar, como hacemos con otros relatos, las claves interpretativas del pasaje en el pensamiento teológico del evangelio de Juan. Si con algún evangelio se relaciona más que con otros es con Lucas y su teología de la acogida incondicional de los pecadores.
La historia es de todos conocida: una adúltera ha sido encontrada en flagrante adulterio, y debe ser muerta. Lamentablemente, aun hoy existe esa misma costumbre en algunos países islámicos, pero la ley como tal no es sólo coránica sino bíblica, está bien explícita en el AT (por ejemplo Lv 20,10), aunque sólo en algunos casos se exigía la lapidación; algunos rabinos propugnaban (pero los testimonios que tenemos son posteriores a Jesús) que cuando la Ley no hablaba de apedrear era preferible la muerte por estrangulamiento, percibida como menos bárbara.
Quizás de eso trataba la controversia original: unos vienen a preguntarle si cabe apedrear (a lo mejor por oposición a otras formas de muerte), pero Jesús los descolocó con una reacción de misericordia completamente inesperada. A partir de allí la tradición evangélica supo ver en ese «Moisés nos manda... ¿y tú que dices?» una trampa puesta a la incomprendida misericordia de Jesús.
Jesús escribe con el dedo en el suelo. De esos pocos signos mudos se ha escrito tanto como para llenar largos tomos. Lo cierto es que no sabemos qué escribió. ¿importa realmente? tal vez sólo estaba mostrando gráficamente cuán poco le interesaba el debate en el que querían comprometerlo; tal vez «descargaba adrenalina» para reservarse la furia profética para la escena del templo; tal vez escribía -como poéticamente imagina imagina san Jerónimo, relacionando con Jr 17,13- los pecados de los acusadores. Nunca lo sabremos, pero ¿importa realmente? importa, sí, el tenso contraste entre la expectativa de los que lo rodean y la mudez de Jesús: «¿tú que dices?» y Jesús no dice nada.
Pero luego sí dice, la frase famosa y avergonzante para todos (incluidos nosotros): «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». La frase no es sólo un desafío, es también señal de esa actitud de soberanía sobre al Ley que tanto irritaba a sus enemigos. Porque la ley mosaica daba especial importancia a la «primera piedra»: «La primera mano que se le pondrá encima para darle muerte será la de los testigos, y luego la mano de todo el pueblo» (Dt 17,7). la primera piedra era el puesto reservado al testigo. Jesús se pone -una vez más- por encima de Moisés y corrige la Ley: no es el testigo el que tiene que ejercer ese privilegio, sino el que esté sin pecado.
En el mundo del AT (en especial en Ezequiel, en Oseas, y en muchos otros) el pecado es descrito como «adulterio», es faltarle al Esposo de Israel, e irse con otros esposos, los falsos dioses; así que Jesús no se limita a recordar la pecaminosidad general del hombre («pecador me concibió mi madre», Salmo 51), no, desciende a lo concreto: esta mujer que me habéis puesto delante os representa a todos vosotros.
Llama la atención cómo en la literatura teológico-espiritual cristiana, aun dos mil años después seguimos intentando licuar la frase, diluirla, hacerla un poco más inocua, menos incisiva: «Con sus palabras, Jesús no quiere en ninguna forma sentar el principio de que el legítimo juez sólo pueda ejercer su oficio a condición de estar libre él mismo de toda culpa», dice un exégeta1... ¿cómo que no? eso es lo que dice: si queremos juzgar, debemos asegurarnos de estar nosotros mismos fuera del pecado que denunciamos, y si no, renunciar al juicio. No enseña aquí otra cosa que lo que dice en la enseñanza de la viga en ojo ajeno, sólo que aquí con una contundencia y amplitud que hace verdaderamente imposible ser cristiano y juzgar a los demás. Quien juzga, peca, no sólo si se equivoca en su juicio: también si acierta. Y quien juzga al que juzga, también peca. La verdadera religión consistiría en no juzgar, concluye -aunque con cierta nota de cinismo- Juan Bautista Clemencia, el personaje de Camus en «La Caída».
«...al oirlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último» Hay que felicitar al narrador por la cuidadosa enumeración que nos hace «vivir» ese momento en que se van escabullendo los jueces pillados, y el detalle de fina psicología: comenzando por los más viejos... y por tanto más cargados de pecados, o bien, aquellos reputados como más sabios, y más naturalmente jueces.
La pequeña escena siguiente, donde la tensión narrativa llega a su cúspide, pasa del escenario lleno de gente al intercambio íntimo: un diálogo de una delicadeza que podemos sin duda poner como paradigma del estilo-Jesús. Si se puede dudar de la historicidad del relato, esta breve escena despeja la duda: esta delicadeza no es una construcción literaria, sino uno de los rasgos que más habrán hecho enamorarse de Jesús a sus seguidores inmediatos:
«-Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?»
Como si él mismo no hubiera estado presente en el lugar, como si nunca le hubieran dicho nada del pecado de ella: lo oyó, pero no lo retuvo, no lo recuerda. No habla con ella como con una pecadora a la que va a perdonar, sino con una persona a la que conociera por primera vez y de la que lo único que sabe es que ha sido acusada.
«-Tampoco yo te condeno», y aquí por primera vez hace algo Jesús por lo que sus contrincantes podrían haberlo acusado, absuelve en nombre de la Ley. Sus enemigos querían pillarlo en el momento mismo de arrogarse una potestad que -juzgaban- no le correspondía, pero no lo consiguen; la adúltera, una pecadora, y nosotros, otros pecadores, tenemos el privilegio de asistir al momento en que Jesús por primera vez en el relato hace abiertamente gala de su autoridad soberana. Y la usa para absolver.
«-Anda, y en adelante no peques más» En este precioso fragmento de versículo se concentra todo el poder de lo profetizado por Isaías en la primera lectura: «No recordéis lo de antaño, / no penséis en lo antiguo; / mirad que realizo algo nuevo».
Uno de los rasgos del perdón que ofrece Jesús es precisamente este poder re-creador: en adelante. Nosotros tendemos a mirar hacia atrás, «te perdono, pero...», «perdón pero no olvido». El perdón que ofrece Jesús es de otra especie, es soberano, no mira hacia atrás2, sino, por el contrario, «en adelante...».
Y esto no es una oferta más, es la verdadera novedad de Jesús, por eso la liturgia nos quiere llamar la atención sobre ese punto específico: la calzada en al estepa, el río en el yermo, por primera vez se abre un camino nuevo, el contador a cero, y a empezar otra vez; y se abre soberanamente, no porque nos gustaría que ocurriera, sino porque Jesús instauró entre nosotros la posibilidad y la realidad de un perdón de una especie nueva, un perdón que recomienza cada vez.
¿Y eso cuántas veces? ¿siete? no, setenta veces siete.

miércoles, 3 de abril de 2019

La Biblia es un libro singular. Quien se acerca a ella creyendo que con las cotidianas herramientas de comprender cualquier libro tendrá suficiente, suele huir frustrado al poco rato.
A lo largo de los siglos la Biblia obligó a sus lectores a elaborar herramientas de lectura propias, profundas, originales.
Así nacieron los distintos métodos (caminos) en la comprensión de la Biblia:
¿De qué trata la Biblia? ¿cómo entender lo que dice su "letra"?
En este curso trataremos de conocer algunos de esos métodos elaborados a lo largo de la historia, en especial el modo de leer de muchos Padres de la Iglesia, la teoría medieval de los sentidos múltiples, el criticismo moderno. Y trataremos de comprender un poco más un fenómeno moderno, pero que gracias al auge de la desinformación y la rapidez de la difusión de ideas por internet está cobrando cada vez más sitio: el fundamentalismo bíblico.
El coste del curso es de 30 euros completo (puede pagarse en dos veces de 15 euros), comenzamos el jueves 28 de junio, ocho jueves a las 13:30hs de España, y se distribuye entre los alumnos tanto el audio como el video de la clase, por lo que es posible realizarlo fuera de horario.

lunes, 1 de abril de 2019

Este es mi hijo amado


amigos de feadulta amigos@feadulta.com

mié., 13 mar. 14:13
 para nuestros
Amigas y amigos:
Con el lenguaje propio de las teofanías, Lucas proclama la fe en la resurrección de Jesús. Por eso, como preparación al Triduo Pascual, se recuerda el relato de la Transfiguración al principio de la Cuaresma.
La resurrección no es algo que tengamos que esperar del futuro, de un más allá que premie nuestras renuncias. Esa transfiguración del rostro de Jesús simboliza lo que estamos llamados a vivir hoy y ahora: la experiencia de sabernos hijas e hijos amados; pero sin pretender quedarnos a vivir en el Tabor como imaginó Pedro. El ejemplo del Nazareno, con su compromiso y su trabajo, nos marca el camino.
Tenemos una nueva entrada en Cartas que nos llegan.
Evangelio y comentarios al Evangelio
Lc 9, 28-36. Ocho días después de este discurso se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió al monte a orar.
Vicente Martínez: Al despertarUn Awakenig que agudiza todos los sentidos de todos los seres, elevándoles a categoría de destello que alumbra la noche oscura de la Tierra y el Cielo con un sentido de luz que les proporciona vida y sentido.
José Luis Sicre: La anticipación del triunfo de Jesús y de nuestro triunfo.Lucas nos invita a contemplar una escena centrada en el rostro de Jesús. Es un anticipo de las apariciones de Cristo resucitado, cuando su rostro es difícil de identificar para María Magdalena, los dos de Emaús y los discípulos en el lago.
Fray Marcos: Descubre tu ser verdadero y aparecerá lo que eres. La única manera de percibir esa presencia es bajar a lo profundo de nuestro ser.
José Antonio Pagola: Escuchar a JesúsLos cristianos de todos los tiempos se han sentido atraídos por la escena llamada tradicionalmente «la transfiguración del Señor».
Guadalupe Labrador: Llevamos el gen de la transfiguración en nuestro ser.Llevamos en nosotros el gen de la transfiguración, que nos invita continuamente a dejar la imagen, las apariencias, para poner la mirada en lo alto. A traspasar realidad cotidiana y ver en ella lo esencial de nuestro ser.
Enrique Martínez Lozano: Espiritualidad y compromisoEl llamado “relato de la transfiguración” puede considerarse como una proclamación de fe de la primera comunidad en Jesús resucitado.
Artículos seleccionados para la semana
Beto Vargas: El Destino de la CuaresmaEs un puente, no una meta.
Isabel Gómez Acebo: La necesidad de un cambioAl Papa se le exigen cambios, pero hay muchos clérigos que ponen el palo en su rueda para impedirlo.
Gabriel Mª Otalora: El rostro de JesúsResulta hermoso pensar en cómo sería físicamente Jesús.
Gerardo Villar: Lucha entre luz y tinieblasSe nota más en un folio una mancha negra que una bella pintura suave.
José María Castillo: No existe el demonio. Es una figura mítica para describir en aquellos tiempos el malLo que Jesús enseñaba a sus discípulos no fue religión, fue el Evangelio.
Bernardo Pérez: La derrota del papa FranciscoEl clericalismo no es una deformación práctica de la Iglesia. En realidad, afecta a su ser íntimo. Por eso ha de haber una reformulación dogmática que cambie la definición de la misma Iglesia.
Lidia Rodríguez: Sin lugar a dudas las mujeres se sienten excluidas en la Iglesia católicaEl patriarcado ha marcado siempre la subordinación de las mujeres en todos los sectores.
Xabier Pikaza: Diosas borradas y Dios patriarcal en la Biblia judía.Conferencia a cargo de Xabier Pikaza, reconocido especialista en teología y en estudios bíblicos. Salón de Grados de la Facultad de Ciencias.
Noticias de alcance. Los jesuitas latinoamericanos denuncian el sufrimiento del pueblo venezolano bajo la tiranía de Maduro.
Para unas eucaristías más participativas y actuales
Génesis 15, 5-18. En aquellos días, Dios sacó fuera a Abraham y le dijo: Mira al cielo, cuenta las estrellas, si puedes.
Filipenses 3, 17 - 4, 1. Hermanos, seguid mi ejemplo, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en mí.
Florentino Ulibarri: Transfiguración. Hazme ser lo que soñaste al crearme; Trabájame, como sólo tú sabes, por dentro y fuera, cuerpo y espíritu, para que resplandezca en mí, tu gloria.
Vicky Irigaray: Presente tu corazón en el mundoQue nuestras comunidades parroquiales y religiosas vivan con sencillez, descubriendo, anunciando y siendo señales de tu presencia en medio de nosotros.
Anáfora: El Dios de Jesús. En justa correspondencia te dirigimos estas preces de alabanza y nos unimos a todas las personas de buena voluntad para colaborar con ellas en la construcción de un mundo más justo y en paz.
Monjas Benedictinas de Montserrat. Domingo II de Cuaresma.
Material multimedia
La brecha de sueños“No podemos hacerlo solas, depende de todos nosotros”. Cambiar cómo funciona el mundo, está en nuestras manos.
La bombilla que no se funde. Un testimonio de cómo crecer significa consumir, y por tanto, fabricar más y con más recursos, y así tenemos el mundo que tenemos.
Salomé Arricibita: Mi luz. Que abramos los ojos del corazón para ver de verdad, para que la luz de Jesús nos guíe. Presentación de Lenin Cárdenas.
Todos somos UNOPor Carolina Rovs. Preciosa meditación, para cuidarte y darte un maravilloso momento para ti.
Equipo Quiero Ver: La vozEn el comienzo del final de la misión, el cielo se abre para animar, para guiar en el cumplimiento del proyecto.
La suerte de tenerteDía Mundial del Síndrome de Down 2019. “Perfecto tal como es”.

En la Escuela EFFA facilitamos el enlace al temario donde están la totalidad de las charlas y bibliografía disponibles, para los que no hayan podido verlas o quieran volver a repasar alguna. También puede ser útil el enlace para acceder a los últimos vídeos que se han subido.
Y como os prometía, las cartas terminarán con estos tres enlaces: la carta de la semana, la carta de la semana pasada y cartas de otras semanas. Cuando alguien pierda -o no le haya llegado- el email con las novedades, podrá usar una carta antigua para acceder a la nueva.
Un abrazo,
Inma Calvo

¿Castigos divinos?, no gracias

amigos de feadulta amigos@feadulta.com

mié., 20 mar. 3:41 (hace 13 días)
 para nuestros
Amigas y amigos:
La carta de hoy viene cargada de temas, a cuál más interesante. Respecto a la actualidad, hacemos balance de los seis años del Pontificado de Francisco y celebramos un nuevo aniversario de la entrega ejemplar de San Romero de América.
También contamos con una novedad editorial. Tras un largo trabajo de recopilación a cargo de Miguel Ángel Munárriz, presentamos las Obras Completas de nuestro querido José Enrique Galarreta. Como todos sabéis, dedicó toda su vida a comprender la figura de Jesús y su obra tiene una profundidad y coherencia evangélica fuera de lo común. Ya está disponible en las librerías y en la tienda online.
Y mirando al evangelio de este domingo, la higuera estéril, encontramos una gran enseñanza. Como dice Fray Marcos, hay que “superar la idea del Dios que premia a los buenos y castiga a los malos”. “Debemos dejar de interpretar como actuación de Dios lo que no son más que fuerzas de la naturaleza o consecuencia de atropellos humanos”. La higuera que debe dar fruto somos cada uno de nosotros. Alcanzar la plenitud como seres humanos es nuestra tarea. Nadie tiene que venir a castigarnos; conseguirlo, o no, ya es nuestro propio premio o castigo.
En esta línea, hemos subido un vídeo de la clase de Andrés Torres Queiruga titulada como Repensar el Infierno. Sea lo que sea lo que queramos decir con la palabra "infierno", nunca puede considerarse como un castigo de Dios. Tampoco es de recibo utilizar el infierno para hacer pastoral del miedo porque eso es incompatible con el Dios que crea por amor. A partir de aquí, entramos en el campo de las hipótesis y la que propone Torres Queiruga es muy razonable, compatible con la bondad de Dios y con el espíritu del evangelio.

Evangelio y comentarios al Evangelio
Lc 13, 1-9. En aquella ocasión algunos de los presentes le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos galileos con la de las víctimas que ofrecían.
Vicente Martínez: Como una higueraLa parábola era el modo como enseñaba Jesús.
José Luis Sicre: Tres maneras de morir y una sola de salvarseLa mayoría de los judíos de la época (y muchos cristianos actuales), consideran que una desgracia es consecuencia de un pecado. Pero Jesús devuelve la trampa a los que preguntan. Si piensan que los galileos muertos eran más pecadores que ellos, se equivocan.
Fray Marcos: Debemos recuperar la figura de José como padrePara creer que Jesús es Hijo de Dios no es necesario arrinconar a José por miedo a que haga sombra a Dios.
Fray Marcos: Estamos aquí para rectificar nuestra trayectoria. La buena noticia es que podemos estar siempre aprendiendo, también de los errores.
José Antonio Pagola: Antes de que sea tardeDios está ya cerca, abriéndose camino para hacer un mundo más humano para todos.
Rosario Ramos: Cavar y abonar para dar frutoCuando Jesús nos invita a una conversión como una vuelta a nuestra versión original desde un cambio de posición ante la vida.
Enrique Martínez Lozano: El fruto nace de la comprensiónEl relato encierra un doble mensaje: desvincula el dolor del pecado, desmontando así una creencia arraigada; por otro, pone de relieve la insistencia en “dar fruto”.
Artículos seleccionados para la semana
José Arregi: San Romero de AméricaDenunció sin cesar los abusos del poder. Condenó la violencia de los pobres, la guerrilla de los desesperados, pero sobre todo la guerra de los poderosos y la causa principal de toda violencia: la injusticia, la desigualdad, el hambre.
Gonzalo Haya: ¿Verdad o autenticidad? Para mí es muy importante conocer lo mejor posible el ejemplo y el mensaje de Jesús, que es el principal referente de mi vida, y el que conecta mejor con los atisbos de mi conciencia.
José M. Castillo: Por qué he escrito este libro. Lo que tiene y lo que le falta.Sin miedo a exagerar, se puede afirmar que en la Iglesia preocupa más el esplendor de la religión que la fidelidad al seguimiento de Jesús.
Antonio Aradillas: El dedo de DiosWojtyla condenó a Cardenal, Francisco lo rehabilitó.
María Teresa Compte: Desde las víctimasLa autora habló sobre el acompañamiento a las víctimas en la primera sesión presencial del Curso de Protección de Menores organizado por el Instituto Teológico de Vida Religiosa.
Juan Zapatero: ¿Qué tipo de felicidad? Reflexión oportuna con ocasión del Día Internacional de la felicidad fijado por la ONU para el 20 de marzo.
José María García-Mauriño: Mayores, pero no viejos. Todo el mundo quiere llegar a viejo, pero nadie quiere serlo. Llegar a viejo ¿es un éxito o un fracaso?
Nicolás Castellanos: Mi encuentro con Pedro Casaldáliga en Sao Félix Do Araguaia. Nos une entrañablemente la utopía y el sueño de Dios: el REINO.
Noticias de alcance. Los 6 tumultuosos años del papa Francisco.
Para unas eucaristías más participativas y actuales
Éxodo 3, 1-15. Pastoreaba Moisés el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.
1 Corintios 10, 1-12. No quiero que ignoréis que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar.
Florentino Ulibarri: Déjala un poco más. Sabes que ocupa terreno fértil y tienes ganas de cortarla, pero tu corazón hortelano se resiste. Le cavarás la tierra, le echarás abono nuevamente…
Vicky Irigaray: Frutos de misericordia y perdónUna Iglesia, una comunidad que no dé fruto no tiene razón de ser, por mucha hojarasca que ostente.
Anáfora: Más allá de la equidad. Remueve, Señor, nuestras entrañas, sacúdenos, que nos atrevamos a salir de nuestra pasiva comodidad, porque hacemos poco y tenemos que hacer mucho más por la mucha gente que muere cada día de hambre.
Monjas Benedictinas de Montserrat. Domingo III de Cuaresma.
Material multimedia
Los hábitos de la felicidadPor Matthieu Ricard. El bioquímico convertido en monje budista Matthieu Ricard dice que podemos entrenar nuestras mentes en hábitos de bienestar que generan una verdadera sensación de serenidad y realización.
La empatíaPodemos cambiar, y el cómo, es la compasión, ver al otro desde sus emociones, su dolor…, y amarle tal y como necesita.
Salomé Arricibita: Canción de la higuera seca. Siempre tendremos otra oportunidad, siempre podremos volver a la vida por muy "secos" que nos encontremos, porque Dios no nos abandona nunca. Siempre está dispuesto a cuidarnos, a alimentarnos y a sacar lo mejor de nosotros. Dejémonos en sus manos, para vivir y dar vida...
Adoramus te domineTaizé. Música – oración – meditación, desde lo más profundo de nuestro interior, para animar nuestra conexión con lo que somos y con el momento presente.
Equipo Quiero Ver. Domingo III de Cuaresma.
La conexión humana. The Cleveland Clinic. Si pudieras ponerte en los zapatos de otra persona, escuchar lo que ellos escuchan, ver lo que ellos ven, sentir lo que ellos sienten… ¿los tratarías diferente?

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