viernes, 21 de noviembre de 2008

El «Ave María»

El Ave María se compone, a excepción del ruego final, de palabras tomadas de las Sagradas Escrituras: la salutación del ángel: "Dios te Salve María, llena de gracia, el Señor es contigo"; y enseguida las maravillosa frase de su parienta Isabel, que nos muestra al mismo tiempo en lo que consiste el verdadero culto mariano: "Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre". El ruego final, que fue agregado después del Concilio de Éfeso, cuando María recibe el título cristológico de «Madre de Dios», formula dentro de la Iglesia, de la manera más simple posible, la intención del pecador cristiano: la solicitud de intercesión "ahora y en la hora de la muerte" que decide todo.
María, primera Iglesia»: Cardenal J. Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) y Hans Urs von Baltasar (teólogo).

Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.

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