domingo, 19 de octubre de 2008

INMACULADA CONCEPCION DE MARIA

Hoy 30 de Noviembre comienza la novena a la Inmaculada. Ya se la envíe a mikel por mail.

Tengo tanto porque pedir.

QUIÉN PODRÍA JAMÁS COMPRENDER A MARÍA
¿Quién podría jamás comprender, expresarse o discurrir dignamente sobre esta Virgen íntegra e inmaculada, santa y santificada, en su concepción misma, destinada como estaba desde el seno de su madre a convertirse en el arca, el altar, el templo, el palacio, el trono de Dios vivo de los siglos?
El buitre no la vio, ni la apresó en sus garras, el espíritu vagabundo no la encontró jamás.

O María sin pecado concebida, rogad por nosotros
que recurrimos a Vos.
Madre de la confianza
Madre siempre fiel, cuando te asaltó la incertidumbre, cuando las cosas se te hacían complicadas, supiste confiar.
¡Y cómo confiaste! En el momento cumbre de la historia con decisión y firmeza pronunciaste aquel bienaventurado "Hágase", del que viene nuestra salud.
¡Y siempre lo mantuviste! Las desconfianzas de otros, los decires de tantos nunca te apartaron de la santa confianza.Obtenme, Santa María de la Confianza, el auxilio divino que me permita superarlas incertidumbres que ahora me acosan. Que así sea.
Te consagramos nuestras fuerzas y disponibilidad para estar al servicio del designio de salvación actuado por tu Hijo.
Te pedimos que por medio del Espíritu Santo la fe se arraigue y consolide en todo el pueblo cristiano, que la comunión supere todos los gérmenes de división que la esperanza cobre nueva vida en los que están desalentados.
Te pedimos por los que padecen pruebas particulares, físicas o morales, por los que están tentados de infidelidad, por los que son zarandeados por la duda de un clima de incredulidad, y también por los que padecen persecución a causa de su fe.
Te confiamos el apostolado de los laicos, el ministerio de los sacerdotes, el testimonio de las religiosas.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


SÚPLICA DE LA MEDALLA MILAGROSA
Se reza a las 5 de la tarde del 27 de noviembre,
Fiesta de la Medalla Milagrosa,
y en las necesidades urgentes, cualquier día, a esa hora.
Oh Virgen Inmaculada, sabemos que siempre y en todas partes estás dispuesta a escuchar las oraciones de tus hijos desterrados en este valle de lágrimas, pero sabemos también, que tienes días y horas en los que te complaces en esparcir más abundantemente los tesoros de tus gracias. Y bien, oh María, henos aquí postrados delante de Ti, justamente en este día y hora bendita, por Ti elegida para la manifestación de tu Medalla.
Venimos a Ti, llenos de inmensa gratitud y de ilimitada confianza en esta hora por Ti tan querida, para agradecerte el gran don que nos has hecho dándonos tu imagen, a fin que sea para nosotros testimonio de afecto y prenda de protección.
Te prometemos, que según tu deseo, la santa Medalla será el signo de tu presencia junto a nosotros, será nuestro libro en el cual aprenderemos a conocer, según tu consejo,cuánto nos has amado, y lo que debemos hacer para que no sean inútiles tantos sacrificios tuyos y de Tu Divino Hijo.
Sí, Tu Corazón traspasado, representado en la Medalla, se apoyará siempre sobre el nuestro y lo hará palpitar al unísono con el tuyo.
Lo encenderá de amor a Jesús y lo fortificará para llevar cada día la cruz detrás de Él.
Ésta es tu hora, oh María, la hora de tu bondad inagotable, de tu misericordia triunfante, la hora en la cual hiciste brotar, por medio de tu Medalla, aquel torrente de gracias y de prodigios que inundó la tierra. Haz,
oh Madre, que esta hora que te recuerda la dulce conmoción de Tu Corazón, que te movió a venirnos avisitar y a traernos el remedio de tantos males, haz que esta hora sea también nuestra hora, la hora de nuestra sincera conversión, y la hora en que sean escuchados plenamente nuestros votos.
Tú, que has prometido justamente en esta hora afortunada, que grandes serían lasgracias para quienes las pidiesen con confianza: vuelve benigna tu mirada a nuestras súplicas.
Nosotros te confesamos no merecer tus gracias, pero, a quién recurriremos oh María, sino a Ti, que eres nuestra Madre, en cuyas manos Dios ha puesto todas susgracias?
Ten entonces piedad de nosotros.
Te lo pedimos por tu InmaculadaConcepción, y por el amor que te movió a darnos tu preciosa Medalla.
Oh Consoladorade los afligidos, que ya te enterneciste por nuestras miserias, mira los males quenos oprimen.
Haz que tu Medalla derrame sobre nosotros y sobre todos nuestros seres queridos tus benéficos rayos: cure a nuestros enfermos, dé la paz a nuestras familias, nos libre de todo peligro.
Lleve tu Medalla alivio al que sufre, consuelo al que llora, luz y fuerza a todos.
Especialmente te pedimos por la conversión de los pecadores,particularmente de aquéllos que nos son más queridos.
Recuerda que por ellos has sufrido, has rogado y has llorado.
Sálvanos, oh Refugio de los pecadores, a fin deque después de haberte todos amado, invocado y servido en la tierra, podamos ir aagradecerte y alabarte eternamente en el Cielo.
Amén.
Oración a la milagrosa
¡OH María!...En tus manos pongo esta súplica.
Bendícela. Después preséntala a Jesús.
Haz valer tu amor de Madre y tu poder de Reina.
¡Oh María!... Cuento con tu ayuda.
Confío en tu poder.
Me entrego a tu voluntad.
Estoy seguro de tu misericordia,
Madre de Dios.
Madre mía, ruega por mí.
-¡Oh María, sin pecado concebida!
Rogad por nosotros, que recurrimos a Vos

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