miércoles, 20 de septiembre de 2017

Sto. Cura Brochero: "No somos cristianos por una idea o decisión ética sino por encontrarnos con Jesucristo.".- Oremos juntos.

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para Riosalado
14 Septiembre



San José Gabriel del Rosario Brochero


Nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo
de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de
su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos
de sus hermanas fueron religiosas del Huerto.

Habiendo ingresado al Colegio Seminario Ntra. Sra. de Loreto el 5 de marzo
de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866. Como ayudante de
las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio
sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad. Siendo
Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de Maestro en
filosofía por la Universidad de Córdoba.

A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto de 4.336 kilómetros
cuadrados. Con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes
sin caminos y sin escuelas. Incomunicados por las Sierras Grandes de más de
2.000 metros de altura. El estado moral y la indigencia material de sus
habitantes eran lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se
desanima, sino que desde ese momento dedicara su vida toda no sólo a llevar
el Evangelio sino a educar y promocionar a sus habitantes. Al año siguiente
de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los
Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 kilómetros requería tres días a
lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas
personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve.
Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus
feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el
desarrollo económico de la zona.

En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa
de Ejercicios de la entonces Villa del Tránsito (localidad que hoy lleva su
nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas,
pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios,
más 40.000 personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas,
el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes. Con sus feligreses
construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos
y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y
obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el
ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa
Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se
encuentran. "abandonados de todos pero no por Dios", como solía repetir.

Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo
comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos, llevando siempre lo
necesario para la Misa en las ancas de su mula. Ningún enfermo quedaba sin
los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni el frío lo detenían. "Ya el
diablo me va a robar un alma", decía. Se entregó por entero a todos,
especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solícitamente para
acercarlos a Dios. Pocos días después de su muerte, el diario católico de
Córdoba escribe: "Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que
lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un
leproso abandonado por ahí". Debido a su enfermedad, renunció al Curato,
viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a
la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del
Tránsito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.

Señor, de quien procede todo don
perfecto: Tu dispusiste que
San José Gabriel del Rosario
fuese Pastor y guía de una porción de
tu Iglesia, y lo esclareciste por su celo
misionero, su predicación evangélica y
una vida pobre y entregada: te suplicamos
que por su Intercesión alcancemos
la gracia que humildemente
te pedimos... (pedir la gracia)
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
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